Ya han pasado más de 100 días de cuarentena, desde que el pasado 13 de marzo iniciamos con tele-trabajo, después de conocer los primeros casos importados de Covid-19 en el país. Por el hecho de trabajar en una agencia de turismo receptivo, la empresa decide que es más conveniente enviarnos a trabajar desde casa para evitar contagio y exponer a nuestras familias. Por esto, tengo una gratitud profunda a nuestra empresa Horizontes, porque siempre han velado por nuestro bienestar y seguridad, ¡más aún durante una pandemia jamás vivida!. Durante las primeras semanas tuve mucha incertidumbre sobre qué iba a pasar con mi trabajo y mucho temor de contagiarme al ver las alarmantes noticias sobre Italia, España , Nueva York y luego en Ecuador. Pero las acciones acertadas de nuestro Presidente en conjunto con el Ministerio de Salud me dieron confianza de que si quiero evitar el contagio debo seguir rigurosamente los protocolos establecidos de higiene y el distanciamiento social. A Dios gracias vivo con mi único hijo Federico, ya un hombre de 30 años. ¡Nunca antes habíamos podido compartir tanto tiempo juntos! He trabajado siempre en turismo por lo que invertí mucho tiempo en viajes de promoción en el extranjero, visitas de inspección dentro del país y largos días de trabajo …saliendo muy temprano de la casa y regresando tarde en la noche; mi trabajó siempre afectó nuestro tiempo en familia, solamente nos quedaba tiempo para disfrutar los fines de semana. Pero ahora, durante esta época de “hibernación” hemos disfrutado innovando juntos en la cocina, aprendiendo a preparar pan dulce receta de la bisabuela y otros ricos platillos. Reactivar nuestra huerta orgánica y preparar ricas ensaladas con productos de nuestro jardín “farm to table”. Noches de juegos de mesa como Scrabble y Dominó, ¡pero lo más edificante han sido esas largas conversaciones acompañados de una taza de café o una copa de vino! En mis ratos de soledad he disfrutado muchísimo de mis caminatas por el barrio, saludar de lejos a los vecinos que nunca veía. Así como ratos de oración, meditación, lectura de libros que había dejado inconclusos, tejer crochet, relajantes siestas en tardes lluviosas y Netflix! También he aprovechado el tiempo para capacitarme recibiendo charlas y cursos en línea para mi enriquecimiento personal y laboral. Estar en casa y en tele-trabajo es diferente porque extraño muchos a mis compañeros, reírme de los chistes y compartir anécdotas. Pero gracias a la tecnología podemos vernos a la distancia por Teams y Zoom…con fé de que pronto podremos darnos un fuerte abrazo que tanta falta nos hace. ¿Cómo no estar agradecida con Dios y la vida que me ha regalado? ¡Desde casa, pude disfrutar del mejor tiempo durante tiempos de Covid-19 y no en una cama de hospital! Sylvia Jurado Diseñadora de Viajes
Conozca noticias y datos sobre
el destino de sus sueños Costa Rica
Nos preocupamos por la protección de sus datos. Lea nuestra política de privacidad.
Déjenos un comentario